La incómoda verdad es que, aunque quieras no puedes cambiar a otras personas, ni a tu pareja, ni nada que esté fuera de tu gobernabilidad. Si quieres que la relación con tu pareja sea diferente, necesitas encontrar tu propio movimiento, cambiar la visión que tienes del amor y comenzar a mirarlo tal y como es.

Trabajo cada día con personas que lo que más desean es poder conectar con el verdadero amor en la pareja pero que se pierden en el miedo y la desconfianza. Se enganchan en la relación de pareja y ésta termina siendo su gran problema vital.

Así que, lejos de encontrar amor, encuentran angustia, miedo y dolor.

También he sido testigo de la transformación que muchos de mis clientes han hecho cuando hemos trabajado su manera de mirar a la pareja, La Confianza en sí mismas y en la Vida. Cuando hemos trabajado en el desapego de sus propios patrones codependientes. Cuando hemos trabajado hacia soltar el control y el querer forzar las relaciones.

Vivimos en una sociedad que nos vende el amor romántico, ideal, perfecto llevándonos a una decepción segura cuando vivimos la realidad de una relación.

Y esto nos lleva a pensar que algo estamos haciendo mal o que nuestra pareja no es perfecta tal y como es.

Lo cierto es, que la pareja no está para hacernos felices, sino para que evolucionemos y podamos reencontrarnos con nosotros mismos. Y a veces, esto no significa que nuestra pareja ideal sea aquella que nos ofrece tranquilidad, sosiego  y bienestar. Sino aquella que nos confronta con nuestros miedos más profundos para que podamos amarlos.